Hola, soy Marta, y como muchos, paso gran parte de mi día sentada frente al ordenador. Al principio no prestaba atención al tipo de silla que usaba y, sinceramente, mi espalda me lo hizo pagar caro. Dolores, rigidez y una sensación constante de incomodidad me acompañaban al terminar la jornada. Fue entonces cuando me di cuenta de que la elección de una buena silla (especialmente su respaldo) marca la diferencia.
Si tú también trabajas sentado, este artículo te interesa. Voy a compartir contigo lo que he aprendido sobre cómo debe ser el respaldo de tu silla de oficina, cómo elegir la adecuada y qué puedes hacer para mejorar tu postura corporal en el trabajo. Todo desde la experiencia personal y con consejos que puedes aplicar desde ya.
¿Por qué es tan importante el respaldo?
El respaldo de la silla no es un simple apoyo: es el soporte que mantiene tu columna vertebral alineada durante horas. Un respaldo inadecuado puede generar molestias musculares, problemas posturales e incluso dolencias crónicas a largo plazo. Lo ideal es que:
- Mantenga la curvatura natural de tu espalda.
- Evite que te encorves o te inclines hacia adelante.
- Te permita estar cómodo sin hacer esfuerzo por mantener la postura.
Cómo debe ser el respaldo ergonómico de una buena silla de oficina
Aquí van los aspectos clave que he aprendido y que me ayudaron a elegir una buena silla:
1. Altura regulable
El respaldo debe ajustarse a tu altura. Una buena silla te permite moverlo para que se adapte a ti, y no al revés.
2. Soporte lumbar integrado
Un buen respaldo debe tener un soporte lumbar que se ajuste a la curva inferior de la espalda. Esto evita que te hundas y termines con dolor en la zona baja.
3. Inclinación y bloqueo
El respaldo debe permitir cierto grado de inclinación para que puedas cambiar de postura a lo largo del día, pero también debe ofrecer bloqueo en una posición erguida para tareas de concentración.
4. Material transpirable
Evita los respaldos que acumulan calor. El tejido de malla transpirable es ideal: mantiene una temperatura agradable y ofrece soporte firme.
Consejos para elegir tu silla de oficina ideal
Aquí te dejo algunas cosas que aprendí a la fuerza y que me hubiera gustado saber antes:
- Prueba antes de comprar: Si puedes, siéntate al menos 15 minutos en la silla. Verás si es cómoda de verdad.
- No escatimes en ergonomía: Una buena silla no es barata, pero es una inversión en tu salud y bienestar.
- Revisa las ruedas y la base: Que se desplace bien, tenga estabilidad y te permita moverte sin esfuerzo.
- Apoyabrazos ajustables: No son parte del respaldo, pero influyen mucho en tu postura. Que puedas regularlos es un plus.
Mejora tu postura corporal en el trabajo: consejos realistas
Aunque tengas la mejor silla del mundo, si no adoptas una buena postura, el dolor aparecerá igual. Aquí te comparto mis trucos diarios para mantener una buena higiene postural:
1. Siéntate bien
Apoya completamente la espalda en el respaldo.
Mantén los pies planos en el suelo.
Las rodillas deben estar a la altura o ligeramente por debajo de las caderas.
2. Ajusta tu pantalla
La parte superior de la pantalla debe estar a la altura de los ojos.
Evita inclinar la cabeza hacia adelante.
3. Haz pausas activas cada 60-90 minutos
Levántate, camina un poco o haz estiramientos suaves.
Solo 5 minutos pueden marcar la diferencia.
4. Estira el cuello y los hombros
Haz rotaciones suaves de cuello y estiramientos laterales.
Relaja los hombros para evitar tensión acumulada.
5. Revisa tu postura con frecuencia
A veces, nos vamos encorvando sin darnos cuenta. Yo tengo una alarma cada 2 horas que me recuerda «¡Revisa tu postura!». Parece una tontería, pero ayuda muchísimo.
Cuidar tu postura no es un lujo, es una necesidad si pasas muchas horas sentado. El respaldo de tu silla es tu principal aliado para mantener una espalda sana y libre de molestias. Elige una silla que se adapte a ti, aprende a usarla correctamente y no olvides moverte cada cierto tiempo.
Desde que cambié de silla y ajusté mi entorno, mi espalda dejó de protestar y mi concentración mejoró muchísimo. Espero que estos consejos te ayuden tanto como a mí.
Y tú, ¿cómo estás sentado ahora mismo? 😉